El Madrid remonta en servicios mínimos
Un postrero gol de Benzema dio la victoria al Real Madrid ante un Huesca que llegó al Bernabéu colista pero fue líder en ilusión. Otro partido decepcionante del equipo de Zidane, que revolucionó la alineación con un casting de nuevos en el que entró hasta su hijo de portero. Isco y Ceballos anotaron los tantos madridistas, mientras que Hernández y Etxeita hicieron los tantos visitantes. El Madrid demostró, una vez más, que necesita una revolución este verano.
Partido dos de la era Zidane. Como si fuera La Voz seguía el casting de Zizou. Además de los descansos que prescribió la víspera el doctor ZZ dispuso un once plagado de meritorios, empezando por su hijo Luca, que defendía la portería del Real Madrid ante el Huesca. Por delante, una línea de cuatro con Odriozola y Marcelo en los laterales, Nacho y Sergio Ramos en el centro. Por delante, un trío de centrocampistas 100% marca España: Marcos Llorente, Ceballos e Isco, en su segunda oportunidad consecutiva con Zizou. Arriba repetían Bale y Benzema y les acompañaba Brahim, un chico con el que en el Real Madrid hay muchas esperanzas y pocas prisas.
Llegaba el colista a un Bernabéu despoblado como esa España vaciada que se había manifestado por la mañana en Madrid. Y el Huesca dio primero. Un par de minutos apenas tardó Juan Camilo Hernández en adelantar a los visitantes en la casa blanca. El fallo de Nacho fue escandaloso, grosero, horrible, igual que su temporada. Se dejó primero ganar la espalda y después robar la cartera por Chimy Ávila, que sólo tuvo que asistir al área donde el 9 del Huesca, mal vigilado por Ceballos y Odriozola, hizo el 0-1. En el Bernabéu ya están acostumbrados a estos arranques en una de las peores temporadas, si no la peor, del siglo XXI.
El Huesca da primero
El sopapo hizo desperezarse al Real Madrid, al que tampoco le iba la vida en el partido. Aparecieron Ceballos primero y Benzema un par de veces después para desperdiciar el empate en sendas ocasiones. Fue como si el Huesca empezara a sentir el vértigo de sacar la cabeza por fuera de las vallas del Empire State. Pero a coraje no les iba a ganar nadie y menos un Madrid que no ha parado de languidecer toda la temporada.
El gol del equipo de Zidane iba a caer de maduro. Quisieran o no iban a acabar empatando. Lo hicieron al filo del minuto 25 en una jugada que condujo Benzema, asistió Brahim, remató Benzema, rechazó Santamaría, volvió a asistir Brahim, no llegó Benzema pero sí Isco, que estaba solo en el segundo palo. No es que uno premeditadamente lo haya narrado desde el atropello, es que la jugada fue así de atropellada. Lo prometo.
Relajóse otra vez el Real Madrid conseguido el empate y aburrióse de nuevo el Bernabéu, que había amagado con pitar. Resistía el Huesca, cada vez más aculado en su área, sabedor que cada minuto era una pequeña victoria. Incluso tuvo el Chimy el 1-2 en una volea dentro del área que se marchó arriba por poco. Al descanso salvaban virtualmente el empate los de Francisco ante un Madrid desorganizado, sin brío y tampoco sobrado de imaginación.
El Madrid empata y se relaja
Apretó algo el Real Madrid en la reanudación con un Benzema que volvió a tener el 2-1 con un disparo raso que atajó bien abajo Santamaría. Y luego se durmió otra vez. Lo detectó el Bernabéu, que hizo un segundo amago de pitar, otra vez sin demasiadas ganas.
Caían los minutos sin que ocurrieran demasiadas cosas. Justo superada la hora de partido Bale puso un magnífico pase con el exterior (lo único que había hecho en todo el partido), Benzema cabeceó un globo en el segundo palo y remachó pegado al poste Ceballos para anotar el 2-1 para el Real Madrid. Los de Zidane rubricaban una remontada cantada.
El Huesca empezó a ser una bella oda a la impotencia. El tercero del Madrid era cuestió de tiempo. Lo perdonó Bale en boca de gol después de una buena asistencia de Odriozola. Pitó el Bernabéu, harto ya de que el galés les tome el pelo. O quizá le pitaron por aburrimiento, porque el partido se hacía bola.
Remontada… interruptus
No se rindió el Huesca, que empató a la salida de un córner en el 74. Etxeita, casi sin querer y en jugada ensayada, hizo el 2-2 ante la pasividad de la zaga madridista y de Luca Zidane, el hijo del jefe, al que no dio tiempo a reaccionar el cabezazo del central. El tanto hizo reaccionar a un Bernabéu que está cada día más harto de todo.
Pasaron los minutos y el gol espoleó a un Huesca que se lanzó sin rubor hacia el área del Real Madrid. Zidane metió de golpe a Lucas y Mariano (antes había metido a Valverde) para intentar una victoria si no balsámica al menos sí que hiciera las veces de maquillaje. La consiguió a la heroica (perdón por la expresión), con Sergio Ramos ya de nueve y Benzema anotando el gol del triunfo, con un disparo de precisión y talento. Ganó 3-2 el Madrid, y gracias, ante un Huesca colista en la tabla y líder en la ilusión.